martes, 19 de junio de 2007

Pasan cosas, todo cambia de lugar, gente se vuelve esencial y gente parece desvanecerse en el recuerdo, el rompecabezas imperfecto del día a día juega a intercambiar piezas de lugar, no todo es blanco o negro, no todo es un extremo u otro, el equilibrio no es fácil (para nada) pero da plenitud, felicidad... sólo hay que saber encontrarlo.
La soledad del alma no tiene que convertirse en un estado, sino en un proceso, al igual que la tristeza (si se convierte en un estado permanente no hay revancha), si logramos llevarla o sobrellevarla con orgullo, con pasión, pasión de saber que nuestro objetivo es encontrar a la otra mitad algún día, pero mientras tanto también vivimos, reímos, acumulamos horas de vuelo (jajaja.)... entonces habremos aprendido a valorar al otro, la caricia del otro (aunque si la hicieramos nosotras mismas sería perfecta), las ideas del otro, la sopresa propuesta por el otro, en concreto la "presencia" del otro, el saber que alguien espera por nosotras y se interesa por nosotras....
No podemos ser mujeres maravillas para toda la vida, seamos "perfectas" pero con un toque de imperfección, aceptemos lo bueno y lo malo, dejemos que el otro se sienta valioso a nuestro lado sino, no esperemos que nos acompañe en el camino....

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